Qué analizador de hematología elegir

Analizador de hematología por impedancia de la marca Horiba

Es importante conocer la tecnología de conteo utilizada por el dispositivo, ya que los resultados pueden variar en función de una u otra. En el caso de los analizadores de hematología, se distinguen principalmente:

• La citometría de flujo: es el método más sofisticado y costoso que existe en la actualidad. Las células atraviesan un tubo estrecho sobre el que se proyecta un rayo láser. La luz incide sobre las células y un dispositivo de detección capta su reflejo. En este caso, se habla de citometría de flujo láser. También existe la citometría de flujo de fluorescencia, que funciona según el mismo principio que la citometría de flujo láser, excepto en lo que respecta al tipo de detección.
  La citometría de flujo va mucho más allá de un simple conteo ya que permite, por ejemplo, analizar la forma de las células y su estructura interna y externa. Por consiguiente, esta técnica rara vez se utiliza con el único propósito de contar células.
• La impedancia eléctrica: esta técnica se utiliza para determinar el número y el volumen de los eritrocitos y los trombocitos. La sangre EDTA se diluye con una solución isotónica dentro del dispositivo y se aspira a través de una orificio capilar. Las células atraviesan una a una un campo de tensión eléctrico donde inducen un pulso —aumento de la resistencia eléctrica— según su tamaño. Esto permite contar las células y diferenciar las más grandes de las más pequeñas.
• La difracción láser: mide la distribución granulométrica de las partículas. Se mide la variación angular de la intensidad de la luz difusa cuando un rayo láser atraviesa una muestra de partículas dispersas. Las partículas grandes dispersan la luz con un ángulos reducido respecto del rayo láser, mientras que las partículas pequeñas dispersan la luz atendiendo a ángulos más altos. De esta manera, es posible calcular el tamaño de las partículas que han creado la imagen de difracción.

Se deberá atender a otros criterios, además de la tecnología de medición:

• El número de parámetros que puede suministrar el dispositivo. Esto es, todos los tipos de datos que puede facilitar el dispositivo respecto de los elementos medidos: por ejemplo, la tasa de cada elemento, su volumen, concentración, etc. Dependiendo de cada analizador de hematología, se pueden suministrar desde nueve hasta más de cincuenta parámetros.
• Ladiferenciación leucocitaria. Los leucocitos pueden dividirse en tres familias: linfocitos, monocitos y granulocitos. Los granulocitos pueden clasificarse igualmente en tres grupos: granulocitos basófilos, granulocitos eosinófilos y granulocitos neutrófilos. Por tanto, existen cinco familias diferenciadoras. Algunos analizadores no ofrecen diferenciación leucocitaria.

Si bien, las principales marcas del sector ofrecen sistemas totalmente integrados. La finalidad es ofrecer una plataforma de diagnóstico de alta capacidad a la que puedan vincularse a otros módulos analíticos —de bioquímica, inmunología, etc.—.

A la hora de elegir los reactivos, lo esencial es proceder a una evaluación de las marcas, dependiendo de si el analizador es cerrado o abierto. Los sistemas cerrados solo aceptan reactivos de la misma marca que el dispositivo. Los analizadores compatibles con cualquier marca de reactivos se conocen como «abiertos».

Existen muchos tipos de reactivos dependiendo de la aplicación específica del dispositivo —aplicaciones diagnósticas o clínicas—. Para garantizar el correcto funcionamiento del analizador, será necesario disponer de calibradores, de soluciones de control, de diluyentes y de colorantes.

Ventajas:

• La rapidez, al tratarse por lo general de un proceso de análisis automatizado. De esta manera se reduce o incluso suprime la necesidad de intervención manual. Del mismo modo, se aumenta el nivel de precisión y se limita el número de errores. El error humano es uno de los principales escollos del recuento manual.
• La precisión de los resultados y, por consiguiente, una mejor diferenciación celular.
• La versatilidad, gracias a un abanico de parámetros de medición.

Desventajas:

• El coste, debido a que la adquisición de un analizador de hematología requiere una inversión significativa. Asimismo, se necesitará tener en cuenta el coste de los reactivos.
• La necesidad de mantenimiento, puesto que se requiere supervisión y controles de calidad regulares para garantizar el correcto funcionamiento del dispositivo. Dependiendo de los recursos del laboratorio, este criterio puede ser determinante.
• El tamaño, ya que, dependiendo de la gama de productos y de las características, algunos analizadores pueden ser muy voluminosos.

Además de su capacidad para diferenciar los leucocitos (véase la pregunta 2), los analizadores hematológicos pueden ofrecer diferentes opciones, entre ellas:

• Muestreador automático para gestionar las muestras.
• Sistema de tinción y de preparación de portaobjetos, para los casos en los que el resultado de la prueba requiera un frotis.
• Análisis de PCR —proteína C reactiva— para detectar riesgos de inflamación.
• Pantalla táctil para una mejor experiencia del usuario.