Qué concentrador de oxígeno elegir

Un concentrador de oxígeno es un dispositivo médico destinado a las personas con insuficiencia respiratoria (hipoxemia). Su principio de funcionamiento consiste en concentrar el oxígeno del aire eliminando el nitrógeno. 

La oxigenoterapia se utiliza para corregir y estabilizar los niveles de saturación de oxígeno en sangre. 

Un concentrador de oxígeno está constituido por varios elementos:

  • El propio aparato, que contiene una carcasa con un compresor, filtros, un depósito, etc.
  • Consumibles, como un tubo de administración de oxígeno, una cánula nasal (para adulto o para niño), máscarilla de oxígeno, etc.

Concentradores de oxígeno: ver productos

  • ¿Cuáles son los principales criterios para elegir un concentrador de oxígeno?

    Hay cinco criterios principales que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un concentrador de oxígeno: el nivel de concentración, el caudal, la portabilidad, el nivel sonoro y el tipo de alimentación.

    • Nivel de concentración de oxígeno: el nivel de concentración de oxígeno debe situarse entre el 87 % y el 99 %. 
    • Caudal: un flujo de oxígeno de 2 l/min suele ser suficiente para los  concentradores de oxígeno para asistencia domiciliaria. Sin embargo, algunas patologías requieren un caudal mayor, por lo que es posible encontrar concentradores con un caudal de hasta 10 l/min.
    • Portabilidad: hay concentradores de oxígeno fijos y concentradores de oxígeno portátiles. Los modelos portátiles tienen la ventaja de ser fáciles de transportar, por ejemplo de una sala de hospital a otra. Sin embargo, estos tienen por lo general un depósito más pequeño que el de los modelos fijos.
    • Nivel de ruido: el nivel de ruido de un concentrador de oxígeno varía normalmente entre 31 dB y 60 dB, valores equivalentes a los de una conversación en voz baja o normal en un ambiente tranquilo. No obstante, algunas marcas fabrican modelos aún más silenciosos.
    • Tipo de alimentación: los concentradores de oxígeno consumen poca energía y van conectados a la red eléctrica. Hay, no obstante, modelos alimentados por batería.
     Concentrador de oxígeno portátil de la marca Invacare

    Concentrador de oxígeno portátil de la marca Invacare

     Concentrador de oxígeno de la marca UniProdo

    Concentrador de oxígeno de la marca UniProdo

  • ¿Cuáles son las ventajas de un concentrador de oxígeno respecto de las botellas de oxígeno?

     Concentrador de oxígeno de la marca Scaléo

    Concentrador de oxígeno de la marca Scaléo

    Los concentradores de oxígeno presentan varias ventajas respecto a las botellas de oxígeno líquido: permiten disponer de oxígeno en cualquier en cualquier lugar, son fáciles de instalar y son menos costosos.

    • Fuente de suministro: los concentradores utilizan una fuente inagotable de oxígeno que está disponible en todas partes: el aire ambiente. Por ello, pueden suministrar oxígeno en cualquier lugar y durante todo el tiempo que se necesite. Esto supone una clara ventaja con respecto a una botella de oxígeno líquido, que ofrecen una autonomía limitada y debe recargarse o sustituirse regularmente para garantizar la continuidad de la terapia. Los pacientes sometidos a oxigenoterapia domiciliaria con botellas de oxígeno pueden experimentar una ansiedad constante por no recibir una recarga a tiempo y quedarse sin oxígeno. El concentrador de oxígeno, en cambio, ofrece a los pacientes la certeza de que nunca se quedarán sin oxígeno.
    • Instalación, portabilidad, peso: los concentradores de oxígeno no requieren ninguna instalación especial. Los modelos portátiles, además, pueden transportarse fácilmente a cualquier lugar. Una botella de oxígeno portátil (en una bolsa con asa o en un soporte con ruedas, por ejemplo) ofrece la misma facilidad de movimiento, pero su autonomía es limitada, lo que hace que algunos pacientes salgan poco o nada de casa. Además, los concentradores de oxígeno son más ligeros (entre 2 y 3 kg) que las botellas de oxígeno, que pesan 4 kg o más, dependiendo de la cantidad de oxígeno que haya en su interior.
    • Bajo consumo de energía: los concentradores de oxígeno consumen poca electricidad. Los modelos con batería son más pesados y, por tanto, más difíciles de transportar, sobre todo los dispositivos con mayor autonomía, ya que suelen tener baterías más grandes.
    • Coste: otra de las principales ventajas de un concentrador de oxígeno es su coste, que es significativamente menor que el de las botellas de oxígeno. Además, un concentrador sólo libera oxígeno cuando el paciente está en la fase de inspiración, mientras que  la botella de oxígeno libera oxígeno en un flujo continuo (en la fase de inspiración y espiración), por lo que se desperdicia una cierta cantidad. 
    • No es necesaria una formación específica: el personal sanitario y el paciente no necesitan ninguna formación especial para utilizar un concentrador de oxígeno.
  • ¿Qué precauciones deben tomarse al utilizar una concentrador de oxígeno?

    Hay que tomar una serie de precauciones para garantizar el correcto funcionamiento del concentrador de oxígeno, como la limpieza periódica de los filtros y la comprobación puntual de la concentración de oxígeno.

    • Limpieza periódica de los filtros: la limpieza regular del aparato reduce el riesgo de incendio. No se requiere ninguna formación específica para aprender a limpiar el aparato. Basta con retirar los filtros, lavarlos, secarlos y volver a ponerlos.
    • Control puntual de la concentración: es importante realizar una comprobación puntual de la concentración de oxígeno para asegurar la eficacia del dispositivo. Si el monitor indica una concentración baja, puede deberse a un pliegue o a un defecto en el tubo que lleva el oxígeno al monitor. Si el problema no se resuelve reparando o sustituyendo el tubo, es posible que haya que cambiar el sensor. El problema también puede venir de los filtros, en cuyo caso habrá que sustituirlos.
  • ¿Cuáles son las indicaciones y los posibles efectos secundarios de un concentrador de oxígeno?

    A continuación, enumeramos las indicaciones de uso de un concentrador de oxígeno, así como los posibles efectos secundarios:

    • Indicaciones: se recomienda el uso de un concentrador de oxígeno para la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), el asma, la bronquitis crónica, el enfisema, la fibrosis quística, la fibrosis pulmonar, la insuficiencia cardíaca congestiva, la neumonía, el neumotórax (colapso pulmonar), el cáncer de pulmón y la apnea del sueño.
    • Posibles efectos secundarios: pueden incluir la irritación de la piel o la sequedad nasal, pero están relacionados con el uso prolongado del dispositivo.
  • ¿Dónde y cuándo se puede utilizar un concentrador de oxígeno?

    Un concentrador de oxígeno puede utilizarse en cualquier lugar, pues su fuente es el aire ambiente. Puede utilizarse en casa, en lugares públicos, en el coche e incluso en los aviones. Sobre este último punto, es aconsejable contactar con la compañía aérea con la que se viaja, ya que las condiciones varían mucho en función de la política de la compañía y de la legislación de cada país.

    El concentrador de oxígeno puede utilizarse en cualquier momento, incluso por la noche, pero solo tras un estudio del sueño del paciente y utilizando un modelo con bajo nivel de ruido.

  • ¿El uso de un concentrador de oxígeno está sujeto a prescripción médica?

    Un concentrador de oxígeno se considera un dispositivo médico y, por tanto, debe ser prescrito por un especialista.

    Sólo un especialista, por ejemplo en el campo de la neumología, la fibrosis quística o la hipertensión arterial pulmonar, puede hacer este tipo de prescripciones.

  • ¿Cuánto dura un concentrador de oxígeno?

    Dependiendo del tipo (fijo o portátil) y del modelo, la vida útil de un concentrador de oxígeno puede variar entre 4 y 7 años. Estos dispositivos vienen normalmente con garantía.

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