Un estimulador cardíaco implantable es un dispositivo médico que se implanta en pacientes que sufren trastornos del ritmo cardíaco, provocados principalmente por problemas de inervación del corazón.
Un estimulador cardíaco implantable es un dispositivo médico que se implanta en pacientes que sufren trastornos del ritmo cardíaco, provocados principalmente por problemas de inervación del corazón.
El estimulador cardíaco implantable está diseñado para pacientes que sufren patologías como bradicardia, taquicardia, arritmia, paro cardíaco repentino, insuficiencia cardíaca y fibrilación auricular.
Hay tres tipos principales de estimuladores cardíacos implantables: los dispositivos de terapia de resincronización cardíaca (CRT), los marcapasos y los desfibriladores cardioversores implantables (ICD).
La implantación de un estimulador cardíaco se realiza por vía subcutánea en el área infraclavicular del paciente, sin necesidad de recurrir a una operación a corazón abierto. El alta médica suele darse en las 48 horas siguientes a la intervención. La intervención suele durar aproximadamente una hora y consta de las siguientes etapas:
La batería de un estimulador cardíaco, fabricada de yoduro de litio, dura una media de entre seis y ocho años y pesa menos de 30 g.
La sustitución de esta batería suele requerir una nueva incisión en la piel, en el lugar de la primera incisión. Solo se reemplaza la caja. Los electrodos, en cambio, se utilizan de manera indefinida debido al alto riesgo que supone extraerlos, a menos que haya complicaciones puntuales, como una infección.
Existen riesgos que pueden ocurrir durante o después de la implantación del estimulador cardíaco.